Una de las cosas que más aborrezco es el
nacionalismo, en todas sus formas e intensidades. Yo, quizás por la
época en que nací, me siento un ciudadano del mundo. Sé que eso es una
utopía que choca con todos los poderes fácticos del mundo, pero...
Las fronteras y las naciones no son más que uno de los más eficaces
medios de manipulación que tienen los poderosos. Por ello los
desprecio en todas sus vertientes.
En la práctica yo entiendo que hay que tragar en
algunos aspectos con las fronteras administrativas, pero eso sí,
yo siempre procuraré que sean las más amplias posibles. Por eso yo me
siento Europeo antes que español, y español antes que madrileño o
alicantino. No comprendo esta moda de querer
reducir todo a la mínima expresión. Si por algunos fuera, fundarían
una nación en su escalera de vecinos.
Lo
nazi, a mi la verdad, no me va.
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